No se admiten personas perfectas

Esta es la comunidad de la gente imperfecta que ha aprendido a amarse. Hemos corrido el riesgo de amar a otros seres humanos igual de imperfectos que nosotros mismos. De lo contrario el amor no sería amor sino un simple artificio, una torpe falsificación de la máxima cristiana "amense los unos a los otros como a sí mismos". Tampoco correremos el riesgo de sentirnos obligados a actuar como seres perfectos. En nuestra comunidad hay permiso de fallar, tenemos licencia para el error. Así se cumple la misión del mismo Cristo al venir a los "enfermos" y no a los "sanos" (Mt. 9:12-13).

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